Restaurante Rib Eye, una joya escondida!

Andrea mi hizo una superinvitación con motivo de una fecha especialísima. Fuimos al restaurante RIB EYE, siempre había querido ir desde que una vez pasé por delante. Está en una casa en un barrio residencial, muy difícil de ver desde la calle, y si uno está parado en la puerta dan ganas de entrar. Todo entra por los ojos.

El lugar tiene mesas distribuidas en varios ambientes, con sillas y sillones muy bonitos, y una terraza en la parte trasera magnífica. Como hacía un sol de esos bogotanos que te achicharras, pero con un poquito de brisa, nos hicimos en la terraza. Éramos los únicos comensales del restaurante, después llegó otra pareja que se sentó adentro, entonces la terraza era toda nuestra.

Así fue el Restaurante Rib Eye:

Restaurante Ribeye terraza
Restaurante Ribeye terraza

Miramos la carta y esto fue lo que pedimos:

De entrada:

  • Queso mozzarella al horno con tomates cherry y aceite de oliva con especias.
  • Chinchulines a la brasa con hierbas.

De plato fuerte:

  • Salmón en cama de verduras con salsa de mango.
  • Baby beef con cascos de papa.

De tomar:

  • Jugo de mora y jugo de lulo.

Los jugos estaban ricos, y además los vasos eran grandes así que no tuvimos que repetir jugo, lo que normalmente pasa.

Mientras esperábamos la comida vino el mesero, (Enrique, muy buen servicio en el restaurante Rib Eye), nos trajo una canasta con pan y un plato con salsa blanca y nos dijo “tostadas con alioli mientras esperan”. Me mató! Me encanta el alioli! Emocionadísimo me lancé por una tostada olvidando los modales de “las damas primero” y la sumergí en la salsa. Lástima! Era una mayonesa (me dio la impresión que hecha artesanal, si es así, puntazo para RIB EYE), pero tenía apenas un gusto escondido a ajo. No como el alioli que me esperaba. Decíamos “bueno, alioli lo que es alioli, no es”, mientras no lo comíamos todo!

La comida demoró un poco, buen síntoma porque si estaba vacío es que se estaba haciendo en el momento. Además, con el ambiente de la terraza y el sol que nos caía en la mesa, fue una espera muy agradable.

Llegaron las entradas, la mozzarella bien, normal, bien.

Los chinchulines del restaurante Rib Eye: ES-PEC-TA-CU-LA-RES! Tenían una especie costra por fuera que parecían semi-apanados o algo así, no sé. En todo caso, crocantes por fuera y tiernos por dentro. Podría haber almorzado solo chinchulines.

Restaurante Ribeye chinchulines
Restaurante Ribeye chinchulines

Después los platos principales. El salmón de Andrea estaba muy muy rico, aunque la salsa de mango no la probé. Y la cama de verduras muy rica también.

Yo había pedido un baby beef, pero hubo una confusión y me trajeron un bife de lomo. El mesero me dijo que me lo cambiaban, pero tenía buena pinta entonces le dije que no hacía falta, que me quedaba con el bife de lomo. Serendipia! Que lomo más rico. De los más ricos que me he comido, en serio. La carne tan blandita que se deshacía en la boca, riquísimo.

Restaurante Ribeye bife de lomo
Restaurante Ribeye bife de lomo

No comimos postre, pero si tomamos café para disfrutar un poco más de la terraza.

Precio $114.000. Creo que un poco costoso, pero sin duda vale la pena, la calidad de la carne del restaurante rib eye, inmejorable. Así que en conclusión puedo decir que encontré la primera joya gastronómica desde que hago el Blog, calidad de producto y ambiente perfectos. Volveré seguro en algún momento, ojalá en una tarde soleada para volver a disfrutar de la terraza, además, esos chinchulines son para repetir!

RESTAURANTE RIB EYE

Carrera 11 C No. 127 – 10

Teléfono: 8049661