Restaurante Mercado Municipal

Mercado municipal

Estuvimos en el Restaurante Mercado Municipal en Villa de Leyva, ganador en dos ocasiones del premio otorgado por la Revista la Barra al mejor restaurante de Boyacá y Santander.

Quepa una línea para preguntar: ¿Por qué de Boyacá y Santander?, ¿No debería cada Departamento tener su “mejor restaurante”?

El caso es que antes de saber que era el mejor, ya había oído hablar de él y siempre había querido ir porque había escuchado que cocinaban con una técnica ancestral indígena consistente en realizar la cocción bajo tierra: wow!

Y pues no queríamos que la ida a Villa de Leyva fuera solo de un día, así que entre obligaciones de Andrea y mías, nunca habíamos encontrado el momento ideal para ir hasta el fin de semana pasado, que pudimos cuadrar para irnos un viernes, pasar la noche allá y volver el sábado por la tarde/noche.

Villa de Leyva: espectacular! Que pueblo más bonito y más bien adaptado al turismo, si alguien no lo conoce, ya se está demorando en armar paseo, vale mucho la pena.

Al Mercado Municipal queríamos ir a almorzar el sábado, así que el viernes en la noche cenamos en una pizzería que merece crónica aparte,  SANTA LUCÍA, buenísima; pedimos una ensalada de entradita y una pizza para compartir, y todo delicioso, además muy bien de precio.

Pero bueno, yo vine a hablar del Mercado Municipal; al que llegamos a las 12:00m del sábado. Muy puntuales, apenas desayunados y con una expectativa altísima por el tiempo que había pasado entre haberlo escuchado y estar ahí.

Interior mercado municipal

El restaurante es una casona de pueblo, como todas, maravillosa. Con un gran patio en el medio de la casa lleno de vegetación, plantas y árboles. En el patio hay 2 mesas, que por la vegetación están como más separadas del resto, que están en el pasillo que rodea el patio. Nosotros nos sentamos en el pasillo, en donde hay unas 8 o 10 mesas. O sea que en total el restaurante tiene unas 12 o 14 mesas.

Las típicas habitaciones que rodean el patio y el pasillo son usadas con diferentes fines: cocina y almacén, recibidor del restaurante, cuarto de postres y  Bar, llamado “Bolívar Social Club”, con una decoración muy bonita; en general todo el restaurante tiene una decoración agradable, es ese tipo de decoración que está de moda y que mezcla muebles viejos pintados de rosados y azules claros y que pretende (y consigue) dar una sensación bohemia.

La Carta está en el mismo individual, esto me pareció muy bien porque así siempre la tiene uno ahí al frente; y además pensé que quizás no tendría tantos platos (a mí me gusta más un restaurante con pocos platos que uno con una carta interminable). Pero no, no eran pocos, entre entradas, ensaladas y platos fuertes, el comensal tiene 42 opciones.

Nos trajeron apenas llegamos un pan con mermelada de tomate que estaba rico (punto).

Últimamente con Andrea estamos pidiendo 2 entradas y un plato fuerte para compartir. Suele ser suficiente si queremos después postre y café. Así que eso hicimos.

La primera entrada que pedimos fueron unas empanadas nixtamalizadas rellenas de queso, y que venían con dos ajíes, el tradicional y otro de tomate de árbol; el de tomate de árbol fue toda una experiencia. Me gustó muchísimo. Aunque ya se ve en los supermercados ají de tomate de árbol, de uchuva, fresa y otras frutas, nunca lo había probado. Además en este caso pues muy artesanal, hecho ahí mismo y para acompañar unas empanadas de queso con sabor a tamal, muy rico.

Empanadas

La segunda entrada fueron los tentáculos de pulpo con papitas criollas y mayo de aceituna. Yo he intentado hacer pulpo varias veces en Colombia, y no es tan fácil. No es tan fácil que el pulpo quede tierno. Pues en el Mercado Municipal, lo consiguen a la perfección. No solo estaba suave y agradable en la boca, sino con un sabor muy característico dado por el toque final de parrilla. Creo que es un plato muy bien logrado y muy bien acompañado por las papitas criollas y la salsa de aceitunas moradas. A mí me había quedado del ají de tomate de árbol así que también se lo puse al pulpo: deli!

Pulpo a la parrilla

Plato fuerte: la Barbacoa de Cordero acompañada de tacu tacu de lentejas y vegetales al wok. A Andrea no le gusta mucho el Cordero, pero finalmente hice una de esas miradas tierna e invencible y accedió a que lo pidiéramos.

Justo lo que esperaba: una carne que se deshace en la boca, meloso hasta más no poder. Una textura maravillosa con el sabor característico del cordero, fuerte. A Andrea le gustó apenas para comer dos o tres pedacitos, no más.

Cordero

Los acompañamientos bien, a mi me gusta la verdura al dente y así estaba, salvo la zanahoria que estaba ya más bien cruda. Y el tacu tacu de lentejas, pues es una mezcla de arroz con lentejas preparado con hierbas. Se le sentía mucho el sabor anisado y de curry. Y era más bien mucho arroz con unas poquitas lentejas. Estaba rico.

Destacar del restaurante Mercado Municipal que algunos de los ingredientes son cultivados por ellos mismos, lo que garantiza la frescura de los mismos y el mínimo recorrido entre cosecha y cocina, cosa que personalmente agradezco mucho.

De postre, una pastel de queso con mereguitos, solo tres palabras: muy muy rico!

Postre

Ya terminado todo, le dijimos a la mesera que si podíamos ir a ver el horno bajo tierra. Muy amablemente (el servicio estuvo muy bien), nos dijo que si! Pues es que está ahí mismo, en el patio central, y no nos habíamos dado cuenta. Entonces nos dirigimos a la esquina que nos señaló, y me desilusioné un poco. No es que sea un horno así bajo tierra como me lo imaginaba. Yo pensaba que iba a ser algo en plan 2 o 3 metros bajo tierra y que se calentaba por medio del calentamiento del suelo, y que tenía todo tierra encima o algo así. Pero no, es un cilindro bien grande, adentro y en el suelo, hay brasas. Encima de las brasas, una parrilla, y encima de la parrilla ollas en las que están durante largo tiempo los diferentes tipos de carne.

Horno subterraneo

Me esperaba algo súper espectacular, pero no fue así. Demasiadas expectativas. En todo caso, no le quita sabor a la comida, que estaba toda muy rica. Al final, pagamos casi $90.000 con 2 jugos, que estaban normales. Así que dentro de la oferta gastronómica que hay hoy en día y dado que está en Villa de Leyva en una locación especial y en un entorno distinto, diría que es un precio adecuado.

A pesar de que el horno no sea realmente bajo tierra, volveré cuando vuelva a Villa de Leyva.

Pd. No sabía que Villa de Leyva era productora de aceitunas moradas. Todo lleva aceitunas y por la carretera se ven los olivos. A mi no me gustan mucho las aceitunas, pero que bueno saber que tenemos una zona que las produce, deberían hacerse una denominación de origen o algo así, para que se sepa en todas partes que podemos comprar aceitunas producidas por nuestro propio campo.