Restaurante Zoé: cocina de mercado

El fin de semana estuve en el Restaurante Zoé, Cocina de Mercado. Desde hacía varias semanas tenía ganas de ir, pero lo había ido aplazando.

Aquí está mi experiencia en el Restaurante Zoé:

Restaurante Zoe Cocina de Mercado
Restaurante Zoe Cocina de Mercado

Finalmente el sábado pasado se acabó la espera y llegué al restaurante zoé con unas expectativas enormes. La primera impresión: muy buena. Me esperaba un mega restaurante abarrotado de personas, con fila para entrar y con 100 mesas adentro. Supongo que por la publicidad que hay sobre la novena que da la impresión de que sea un lugar muy grande. Pero no, había dos mesas llenas, la nuestra la tercera, y el lugar debe tener unas 15 mesas. También es cierto que era muy temprano cuando llegamos y con el pasar de los minutos se fue llenando más, pero nunca estuvo lleno por completo. Es pequeño y muy acogedor, y la decoración magnífica. Los detalles en el suelo, techo, paredes, inclusive las sillas y los manteles de papel, me gustaron mucho.

La carta tenía un buen número de platos, distribuida (creo recordar), en: para picar, entrantes, sanduches y hamburguesas, pastas y platos fuertes. Aunque después de pedir nos dimos cuenta que había otras cosas fuera de la carta, como sopa de ahuyama, pero fue porque lo escuchamos en una mesa contigua. (Por cierto, esta semana habrá una hecha por mí, aquí en el Blog!)

Como hacía tiempo quería ir, me arriesgué con lo más exótico que encontré en la carta: Jarrete de cordero horneado en cocción lenta de vino tinto y soya. Andrea pidió una ensalada Cobb. Claro, esto después de unas entraditas.

De entradas un pica pica de frituras. Empanaditas iglesia, con una masa crocante muy rica y rellenas de papa. Empanadas de carne y empanadas de mozzarella, la de mozzarella estaba un poco fría por dentro, pero estaban bien. Y Kibbes. Todos acompañados con ají y/o Tahíne. Los Kibbes. Lo mejor de las entradas, aunque no tan buenos como los de mi suegra, he de decirlo. El Tahíne me desconcertó, porque nunca lo había probado con ajo, para mi gusto mucho ajo porque no pude identificar el sabor del garbanzo o berenjena, ni sésamo o limón  por ningún lado, para mi fue más como un ali oli más espeso de lo normal. Eso sí, lo comimos todo! No quedó ni un tris de Tahíne al ajo. El ají, muy rico.

Llegó el esperado Jarrete, con una pinta buenísima. La reducción de los jugos del mismo cordero con la soya y el vino, fundamental y muy bien hecha; ir mojando la carne con esta salsita del fondo lo es todo para este tipo de plato. A Andrea no le gusta el Cordero, sin embargo dio dos o tres bocados y dijo que “no estaba muy fuerte”, y es que realmente estaba muy rico, suave y fácil de masticar. Me encanta cuando con una pieza de estas, me veo en la obligación de perder la vergüenza y acabar el plato cogiendo el hueso con las manos para buscar restos de carne; eso acabó pasándome en el restaurante Zoé, Cocina de Mercado.

Restaurante zoe cocina de mercado jarrete de cordero
Restaurante zoe cocina de mercado jarrete de cordero

La ensalada de Andrea estaba muy rica también. Vinagreta de miel y mostaza tradicional, el maíz me pareció que era de lata, no lo pregunté, si así fuera sería un poco contradictorio con el slogan de cocina de mercado. Pensamos en que esta ensalada podría llevar maíz pero del cultivado en la sabana, así sería más auténtico. En todo caso, muy rica.

No quiero terminar sin elogiar los jugos. Uno de Maracuyá y uno de Lulo, que fueron sin duda la sensación de la tarde, me habría llevado 2 litros de cada uno para casa.

No comimos postre, porque después de un Jarrete de Cordero, es difícil. En todo caso, se veían deliciosos, así como los panes que venden a la entrada.

La cuenta $68.200 pesos, con el servicio (correcto) incluido. Precio justo.

Escuchamos (también en una mesa contigua), que en Septiembre tendrán en el restaurante zoé horno de leña y harán Pizzas. Bien sea por eso, o por la hamburguesa de quinua que debe estar buena, o para comprar pan y tomar jugo, seguro que volveré.