Nicuro en Flandes

Estuve unos días en Girardot. De camino iba pensado y hablando con Andrea en que quería encontrar una joya gastronómica al costado del río Magdalena en donde hicieran capaz recién pescado, o bocachico, o bagre. “Debe haber más de uno” pensaba.

Fue llegar al hotel, a 32º de temperatura y tras el primer chapuzón en la piscina renunciar a la búsqueda. Ya no quería salir de allí, decidimos que los próximos días iban a ser de piscina y hamaca. Desconectar.

Pensé en hacer una crónica del restaurante del hotel, en donde comimos bien. Pero no está en línea con los sitios sobre los que quiero escribir, entonces terminé por decidir que no escribiría esta semana sobre ningún restaurante, y que la joya gastronómica del Río Magdalena tendría que esperar a una próxima escapada.

El día del chek out, teníamos que dejar la habitación a la 1:00pm, y como habíamos desayunado temprano volvió la esperanza. “Y si vamos a dar una vuelta antes de irnos a ver si encontramos un lugar fantástico?”

Así hicimos, nos dijeron que en Flandes hacían muy buen pescado. Flandes es otro Municipio, pero está pasando el puente al que desemboca la carrera 7, así que es en realidad un barrio anexo a Girardot.

Al atravesar el puente, una de las primeras cosas que se ve es una estatua de un pescador con varios peces como bocachico o bagre. Y justo al lado de la plaza varios restaurantes de los que salen personas a invitar a los carros que pasan a entrar.

No es lo que tenía en mente sobre un descubrimiento, así que seguimos un poco más y nos adentramos al pueblo, más bien con pocas personas, diría que con ningún edificio, todo casas de pueblo con puertas entreabiertas y no muy bonito.

Ya a punto de dar la vuelta para tomar el camino de regreso vimos en una esquina de una casa un mural dibujado a mano con platos de pescado y el letrero “restaurante Sebas”. Tampoco es lo que tenía en mente, pero quizás podría servir. Bajamos, entramos y nos sentamos. Salió una mujer que nos dijo sin preguntar nada: “el almuerzo de hoy es sopa de pasta, fríjol o pepino, arroz y carne o pollo”. Aburridos por el recibimiento le preguntamos si tenía pescado, y dijo “creo que no, ahora vuelvo”.

Restaurantes Sebas Nicuro en Flandes
Restaurantes Sebas Nicuro en Flandes

a teníamos decidido que nos íbamos, para comer sopa de pasta y pollo comemos en la carretera de vuelta, entonces la mujer apareció con un plato que nos puso encima de la mesa. “Pues tenemos estos Nicuros que trajimos esta mañana, pero nos demoramos unos 20 minutos en cocinarlos, podría poner en cada plato 6”. Yo no recuerdo haber comido Nicuro, son peces que pueden ser tan grandes como una lubina o una trucha. Pero estos eran pequeños, un poco más que unas sardinas. Su piel era tan brillante como los ojos, signo inequívoco de frescura en un pescado.

(De la emoción, no caí en cuenta de hacerles una foto crudos!!)

Nos quedamos, y nos los comimos todos. Los 12 Nicuros. Yo con la mano chupando cada espina y Andrea, como es toda una dama, con cuchillo y tenedor.

Venían con papas fritas, arroz y plátano. El arroz estaba buenísimo revuelto con la salsa de los Nicuros. Todo después de un consomé de pescado que la señora hizo en 10 minutos con los mismos Nicuros, y que sería un fumet perfecto para un arroz. No quiero pensar a que sabría si hubiera tenido 3 horas para hacer ese caldo.

Restarurantes Flandes Nicuro
Restarurantes Flandes Nicuro

Tomamos una limonada helada, que a 34º entraba como el líquido más rico de todos.

Precio: $16.000 los dos. Mejor, imposible. No se si volveré a donde “Sebas”,  fue apenas una perlita que me permitió volver con la sensación de que es posible encontrar una joya gastronómica en Girardot y alrededores.

Restaurantes Nicuro en Flandes
Restaurantes Nicuro en Flandes

Vuelvo también con la sensación de que la gastronomía típica Colombiana no es valorada lo suficiente por nosotros mismos. Girardot está lleno de pizzerías, fruterías, panaderías, hamburguesas, y cuanta comida rápida se pueda uno imaginar. Creo que con el río Magdalena a sus pies y con toda la fauna que allí habita, es para que hubiera una oferta gastronómica típica y de calidad, mucho más visible.